lunes, 27 de septiembre de 2010

La hora en que Patti puede pagar


Por Alejandra Dandan, pagina 12

“Por algo no prescriben estos crímenes”, dice Juana Muniz Barreto, sentada en torno de una mesa familiar. “A cada uno le lleva mucho tiempo poder hablar, resolver; empezar a recolectar las pruebas es una tarea muy ardua, difícil y a veces hasta azarosa.” Al lado están sus hermanos Diego y Antonio, que llegó especialmente de España. Son hijos del ex diputado Diego Muniz Barreto, secuestrado por Luis Abelardo Patti el 16 de febrero de 1977 a las seis de la tarde, en una carnicería de Escobar. La causa Muniz Barreto es una de las que empezarán a ventilarse a partir de hoy en el auditorio Hugo del Carril de José León Suárez, en un juicio histórico.
Ninguno de los genocidas es como uno más, pero éste tiene la particularidad de tener aspiraciones que van mas allá de su rol de genocida.” Patti usó las instituciones democráticas durante muchos años y buscó los fueros de diputado, dice él, para poder seguir estando en libertad. Y todavía lo intenta. Hasta la semana pasada trató de convencer a los peritos de la causa de que sigue afectado por el accidente cerebrovascular que al parecer efectivamente tuvo en febrero del año pasado. “Aprendió qué síntomas tiene que fingir”, dice Oberlin. “Pero igual, por suerte nosotros también tenemos nuestros médicos que terminaron diciendo, como el forense, que está en condiciones de declarar.”