lunes, 20 de septiembre de 2010
Víctor Laplace: “Hay mucha gente que es peronista, y no lo sabe”
El miércoles 24 se estrenará la adaptación que Víctor Laplace hizo de Borges y Perón, entrevista secreta, de Enrique Estrázulas. El actor y director cuenta la cocina de la obra que lo tendrá nuevamente en el rol del general. El debate se abre para analizar esa relación turbulenta entre dos símbolos ineludibles de la argentinidad y sus ecos actuales. Víctor Laplace es un peronista visceral. De los que dicen “compañero” para referirse a otro peronista. Como cuando dice “el otro día, hablando con un compañero, le comenté que ésta es una obra que tiene que ver más con la conciliación que con la confrontación. Y él me contestó ‘ahora lo que nosotros queremos es confrontar’. Pensé mucho en eso, y dije qué lástima que siendo un tipo del palo crea eso. Después me puse a reflexionar, y armé esto de la confrontación de ideas para apuntar a la conciliación.” Esto de la confrontación de ideas es Borges y Perón, entrevista secreta, la obra de Enrique Estrázulas que Laplace montará el 24 en el Teatro Carlos Gardel, de Valentín Alsina. Y en la que, además de dirigir, representará, como ya hizo en varias películas y obras teatrales, a Perón. Es que, para Laplace, Perón es pasado, presente y futuro. Por eso, entre sus proyectos hay un guión que, filmado, se llamará Puerta de Hierro y tratará del exilio que vivió el general en ese barrio madrileño. Por eso, ahora, próximo a un estreno en el que pondrá sobre un escenario a Perón y a Borges diciéndose lo que nunca pudieron, Laplace asegura: “El peronismo es casi una carga. No para el obrero que yo era cuando tenía 14 años y trabajaba en Metalúrgica Tandil, pero sí para el muchacho sensible que también fui. Me pasé la vida explicando mi condición peronista. Pero llegó un punto en que no tengo ganas de explicar nada. Me remito a mis acciones, que son peronistas. Además, creo que hay mucha gente que es peronista, y no lo sabe”.
–¿Qué le aporta Borges y Perón, entrevista secreta al peronismo de hoy?
–Una mirada sobre qué es el peronismo y qué es lo que está pasando en América latina. Y cómo ese hombre, Perón, entendió lo que ahora provoca mucha emoción: ver unidos a los presidentes latinoamericanos... a casi todos. A mí me conmovió cuando Cristina dijo que hoy como nunca los presidentes representaban a sus pueblos.
–¿Alguna vez odió a Borges?
–¡No, para nada! A mí me hubiera gustado mucho que Borges y Perón se conocieran realmente. Hay mucha gente dentro del peronismo que dice: “Es una pena que durante tantos años nos hayamos perdido a Borges”. Yo nunca hablé con él, pero lo admiro: me entrego a la belleza de su literatura. Yo tuve una formación que me permite elegir, y elijo una transformación que abra el juego. El pensamiento popular no se debe perder una poética como la de Borges.
La conclusión es Borges, Perón o, si se prefiere, Perón, Borges, dos figuras en una relación que podría definirse con lo que contaba el epistemólogo Mario Bunge: “Eramos tan apasionadamente antiperonistas que no fuimos capaces de hacer un análisis objetivo del peronismo. Más aún, usábamos categorías políticas europeas. Creíamos que el peronismo era una forma de fascismo. Y no lo es: es original, es un tipo de populismo. Creíamos también que Perón era bruto. Es falso. Era inteligente, no sólo habilidoso, y tenía cultura histórica. Al fin y al cabo fue profesor de historia militar en el Colegio Militar. Lo menospreciamos, y por eso no lo entendimos. Gino Germani, que fue el fundador de la sociología moderna en la Argentina, se fue del país en 1966 y al año siguiente me visitó en Montreal. Le pregunté: ¿Por qué te fuiste de la Argentina? ¿Por la persecución? ‘No –me dijo–. Me fui porque era incapaz de entender al peronismo’. Y quien no entiende al peronismo no entiende al país”.